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Mostrando las entradas de abril, 2025

Apocalipsis 19:1

Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro;

Apocalipsis 19:2

porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella.

Apocalipsis 19:3

Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos.

Apocalipsis 19:4

Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya!

Apocalipsis 19:5

Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.

Apocalipsis 19:6

Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!

Apocalipsis 19:7

Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.

Apocalipsis 19:8

Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.

Apocalipsis 19:9

Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.

Apocalipsis 19:10

Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.

Apocalipsis 19:11

Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.

Apocalipsis 19:12

Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.

Apocalipsis 19:13

Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.

Apocalipsis 19:14

Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.

Apocalipsis 19:15

De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.

Apocalipsis 19:16

Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SE~NOR DE SE~NORES.

Apocalipsis 19:17

Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios,

Apocalipsis 19:18

para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes.

Apocalipsis 19:19

Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.

Apocalipsis 19:20

Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.

Apocalipsis 19:21

Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.

Apocalipsis 20:1

Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.

Apocalipsis 20:2

Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;

Apocalipsis 20:3

y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

Apocalipsis 20:4

Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

Apocalipsis 20:5

Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

Apocalipsis 20:6

Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

Apocalipsis 20:7

Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,

Apocalipsis 20:8

y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.

Apocalipsis 20:9

Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.

Apocalipsis 20:10

Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

Apocalipsis 20:11

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.

Apocalipsis 20:12

Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.

Apocalipsis 20:13

Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.

Apocalipsis 20:14

Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.

Apocalipsis 20:15

Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

Apocalipsis 21:1

Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.

Apocalipsis 21:2

Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

Apocalipsis 21:3

Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.

Apocalipsis 21:4

Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

Apocalipsis 21:5

Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

Apocalipsis 21:6

Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

Apocalipsis 21:7

El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.

Apocalipsis 21:8

Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

Apocalipsis 21:9

Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.

Apocalipsis 21:10

Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,

Apocalipsis 21:11.

teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.

Apocalipsis 21:12

Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel;

Apocalipsis 21:13

al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas.

Apocalipsis 21:14

Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.

Apocalipsis 21:15

El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.

Apocalipsis 21:16

La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.

Apocalipsis 21:17

Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel.

Apocalipsis 21:18

El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio;

Apocalipsis 21:19

y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda;

Apocalipsis 21:20

el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.

Apocalipsis 21:21

Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.

Apocalipsis 21:22

Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.

Apocalipsis 21:23

La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.

Apocalipsis 21:24

Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.

Apocalipsis 21:25

Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.

Apocalipsis 21:26

Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.

Apocalipsis 21:27

No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

Apocalipsis 22:1

Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:2

En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:3

Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:4

y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:5

No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos. Josué Alvarez Alvarado

Apocalipsis 22:6

Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:7

¡ He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:8

Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:9

Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:10

Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:11

El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:12

He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:13

Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:14

Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:15

Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira. Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:16

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:17

Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente. Josué Álvarez Álvarado

Apocalipsis 22:18

Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:19

Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. Josué Alvarez Alvarado

Apocalipsis 22:20

El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. Josué Álvarez Alvarado

Apocalipsis 22:21

La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.  Josué Álvarez Alvarado